Padre, consumiéndote en tu lecho, y yo tan lejos!
Padre, yo tratando de vivir y tú muriendo!
Se escapa poco a poco tu memoria
y el olvido se apodera de tus huesos.
Como queriendo no invadirte de pesares
astutamente te abandonan los recuerdos.
Mejor dormida que despierta transito por los días,
casi prefiero verte ir sumida en sueños,
y me retiro en mi melancolía,
y a tu lado imaginado me recuesto.