Tango.
Voy a escribirme un tango con palmeras
de playa verde azul y olor a mar
sin miradas que quiebran en la espera
sonrisas ya cansadas de llorar.
Un tango de palabras en la boca
silencios que se puedan escapar
donde la luz del sol parezca poca
para los desconsuelos alumbrar.
Tango que se me entre por la vida
borrando el sinsabor de mi penar,
tango que lance todo a la deriva
y me quite la nostalgia de no estar.
Llevo de tango mucho bajo el brazo
tango en la espalda tango en el dolor
tango de tango pegado en los abrazos
tango en la muerte, tango en el amor.
Voy a escribirme un tango con rosales
sin espinas de tango alrededor,
hecho con un sabor a manantiales
a tierra fértil, perfume de tu olor.
Voy a ponerme encima un nuevo traje
de belleza infinita en mi razón,
por los caminos de este largo viaje,
con retorno al edén del corazón.
Me iré conmigo sobre el andar del día
llenándome de historias al pasar
cual carromato lleno de melodías
que luego en un andén podré cantar.
Y cruzaré mi cuerpo de viajeros,
escritos en la palma de mi mano,
eternos comediantes, pasajeros,
rosales en jardín, techos de guano.
Y un arrullo hablará si en mi te quedas,
un tango nuevo para ya escribir,
árbol donde tus frutos plantar puedas,
adiós a aquel penar de mi decir.
Acompáñame al piano en este tango,
déjate ir conmigo en huracán,
hagamos nuestros días de fandango,
juntemos nuestros tiempos al andar.
Piérdele el miedo a la historia que un día
cortó tu cuerpo y clausuró tu puerta,
ponte de pie en la vereda mía
y lánzate al abismo que mi casa está abierta.