Tango.


Voy a escribirme un tango con palmeras
de playa verde azul y olor a mar
sin miradas que quiebran en la espera
sonrisas ya cansadas de llorar.

Un tango de palabras en la boca
silencios que se puedan escapar
donde la luz del sol parezca poca
para los desconsuelos alumbrar.

Tango que se me entre por la vida
borrando el sinsabor de mi penar,
tango que lance todo a la deriva
y me quite la nostalgia de no estar.

Llevo de tango mucho bajo el brazo
tango en la espalda tango en el dolor
tango de tango pegado en los abrazos
tango en la muerte, tango en el amor.

Voy a escribirme un tango con rosales
sin espinas de tango alrededor,
hecho con un sabor a manantiales
a tierra fértil, perfume de tu olor.

Voy a ponerme encima un nuevo traje
de belleza infinita en mi razón,
por los caminos de este largo viaje,
con retorno al edén del corazón.

Me iré conmigo sobre el andar del día
llenándome de historias al pasar
cual carromato lleno de melodías
que luego en un andén podré cantar.

Y cruzaré mi cuerpo de viajeros,
escritos en la palma de mi mano,
eternos comediantes, pasajeros,
rosales en jardín, techos de guano.

Y un arrullo hablará si en mi te quedas,
un tango nuevo para ya escribir,
árbol donde tus frutos plantar puedas,
adiós a aquel penar de mi decir.

Acompáñame al piano en este tango,
déjate ir conmigo en huracán,
hagamos nuestros días de fandango,
juntemos nuestros tiempos al andar.

Piérdele el miedo a la historia que un día
cortó tu cuerpo y clausuró tu puerta,
ponte de pie en la vereda mía
y lánzate al abismo que mi casa está abierta.



Pongo Neruda en tu mano mi canción desesperada.

Del libro Mil poemas a Pablo Neruda


Neruda, se agota el mundo, se desgarra el universo,
paso intentando salvarme sobre la luz de los versos.
Para quien siembra una flor no hay premio ni beneficio,
vivir cultivando amor se estima muy mal oficio.

Neruda no me contento con ir vestida de moda,
muere mi yo sin sustento y el alma se me incomoda.
Yerran los ojos cansados, las miradas que no miran,
rostros desilusionados, mis ilusiones suspiran.

La noche me hace de techo y la mesa donde escribo,
le sirve de dulce lecho a los vocablos que vivo.
Tachar Neruda quisiera, como en este borrador,
todo enunciado que hiera de muerte al término Amor.

La palabra me desviste, toda mi silueta arde,
cuando te pienso Neruda en mí se enciende la tarde.
Porque me abrazas Neruda desde mi cuerpo me alzo,
y logro viajar desnuda, ¡qué libre mi pie descalzo!

Como nací me paseo viajando en la eternidad,
y en estas líneas cual reo, escribo mi libertad.
Me voy convirtiendo en nube, de la tierra me separo,
en un salto que me sube con ansia buscando amparo.

Huyo de la mezquindad, materia de cada día
construyo en mi soledad la casa de mi estadía.
Sueño porque todavía soñar no cuesta dinero,
trueco afecto y fantasía por la existencia que quiero.

Me acoplo a toda quimera sumando con alegría
y en la paz de mi ribera hago la quimera mía.
Pongo Neruda en tu mano mi canción desesperada
intento veinte poemas, que son la misma balada.

¡Neruda no me abandones! reza el ruego que murmuro,
¡Ven, recoge los suspiros que voy dejando al futuro!




¿Qué hace aquí esa extranjera?

De la serie Migrar


¿Qué hace aquí esa extranjera?
Le dice el tronco a la rama
y en su voz fría y severa
odio en el alma derrama.

Así crea el crucigrama
la palabra que entrecruza
que cual sutil arma usa
y es del rechazo la pieza
en el cruel rompecabezas
que quiebra la hipotenusa.

Huye insegura la rama
de la luz que la alumbraba.
del seno que la acunaba
del lente y el fotograma.

Larga es la noche en su cama
retraída en soledad
entre mentira y verdad,
castiga, insulta, aborrece,
y la vida le parece
sin aliciente a su edad.

Árbol que no cuida el nido
jamás su tronco endereza.
Árbol que nace torcido
que quiere a la rama presa.

Ni la rama le interesa
e inmune a la punición
de culpa y dominación
proveedor desangrando
renacerá retoñando
la rama en revolución.