Ahora que nadie te puede cortar las alas Miguel

Poeta de España acude, 
España te necesita.


A pie de calle contemplo del mendigo la pobreza,
mustio cuenta su riqueza, dádiva de algún indigno.
Cuánto me duelen los versos Miguel, cómo me duelen,
y es porque en los versos huele el dolor del universo.
Yo misma soy el mendigo subsistiendo en la estrechez
en desafío con la limosna que la opulencia me dé.
Migajas, sobras impuras que no han de calmar el hambre,
y el ser humano un enjambre pero sin orden ni vida.
Conmigo pan y cebolla, marchando filete humeante,
nada ha cambiado Miguel, en su menú el gobernante.
Mira cómo nos tienen Miguel, seguimos del mismo modo,
el creso en sábanas de cara miel, el pueblo duerme en el lodo.
Y mira cómo se burlan sus irónicas sonrisas,
sobre un sudar de camisas, ocurre esta farsa burda.
Promesas y más promesas, va y se repite el discurso,
mismo perro igual collar el gobernante de turno.
Lloro por la humanidad, Miguel, lloro por Martí,
porque perdiéndose vi el acuerdo y la humildad.
Lloro por el desatino que hoy oscurece a tu España,
imploro la íntegra maña que ha de limpiar el camino.
Lloro por la circunstancia del inocente rehén,
mientras se evidencia quién del acto saca ganancia.
Poeta de España acude, España te necesita,
reparte tu luz e incita, el polvo del mal sacude.
Miguel, Neruda, Vallejo, ¿qué le pasa al ser humano,
que en vez de darse la mano para servirse de espejo
escala sobre el reflejo hundiendo a su propio hermano?
Ahora que nadie te puede cortar las alas Miguel,
ahora que espíritu eres, y libre existes en él,
ahora que inmortal habitas imparable y poderoso,
ahora que no alcanza el vil a enterrar tu genio vasto
tu pensar y tu decir se desgrana en tanto verso
palabras que el universo se encarga de transcribir.
Ahora que eres energía, ángel y alma, presencia,
corazón de España esencia y en el mundo poesía;
reúnete con Martí, con Vallejo, con Neruda,
necesitada de ayuda para salvar la belleza
pide la naturaleza refuerzos a sus cimientos
desgarrada en sufrimientos, olvidada, triste y fría.
De Madrid hasta Orihuela llegue esta oración que grito
de Orihuela al infinito lleve mi canto su estela.
Vengan a tomar la tierra, poetas que ya partieron,
los que en su verso dijeron no a las armas y la guerra.
Tomarla con la esperanza, tomarla con el cariño,
y con la bondad de un niño poner centro a la balanza.

Del Libro de Antología Mil poemas a Miguel Hernández.